sábado, 9 de julio de 2011

Ultimo día en la tierra

El Tano manejaba la cámara, pero temblaba. Las explosiones fueron de menor a mayor. Transmitían todo por una única radio que había sobrevivido. Ahora, los militares tenían preparada la mayor de las sorpresas; la gran bomba, una Via Láctea que fragmentaria todo a su alrededor. Un gran mundo haciendo crack y nadie para contarlo después.
El Tano comenzó a temblar de nuevo, sentí el ruido de su temblequeo y ambos miramos ávidos hacia el horizonte. Unos árabes se arrastraron hacia nuestro pozo. Traian otra radio nueva y mas potente. Uno de ellos me encaro y me dijo que hiciera algo para parar la locura, que ustedes los occidentales iban a hacer daños irreparables. Le dije que lo sentía pero que ya no había nada que hacer. Miramos todos hacia la Meca y comenzamos a orar. Hasta el Tano temblando oro. Luego, pusimos la radio a todo volumen transmitiendo una cuenta regresiva en ingles. Cuando llego a cero, todo se ilumino. Y el Tano dejo de temblar.

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